Elección del código
Una decisión importante con la que se encuentran los profesionales dedicados a la educación de personas con discapacidad visual es la elección del código de lectoescritura (tinta o braille) que se debe enseñar a los alumnos, cuando conservan un cierto resto visual. La ausencia de criterios claros puede repercutir negativamente en el proceso de aprendizaje del alumno. Es necesario tener en cuenta que el grado de dominio del código de lectoescritura elegido va a repercutir en el rendimiento académico general del alumno y sobre muchos otros aspectos de su vida.
Para determinar qué código de lectoescritura puede llegar a proporcionarle una mayor comprensión y velocidad, es necesario tener en cuenta los siguientes criterios:
- Diagnóstico, pronóstico y evolución de la discapacidad visual (por ejemplo, ante una retinosis pigmentaria, cuyo pronóstico suele ser negativo, sería conveniente iniciar el aprendizaje del sistema braille)
- Grado de fatiga, velocidad y comodidad en los trabajos tanto visual como táctilmente.
- Evaluación de la funcionalidad visual realizada, con y sin ayudas ópticas.
- Edad y competencia curricular del alumno.
- Desarrollo psicomotor (lateralidad, estructuración espacio-temporal, esquema corporal)
- Desarrollo de la percepción táctil, visual y auditiva.
- Motivación del alumno para el uso de un determinado sistema.
- Necesidades futuras. Tener en cuenta que cada vez son mayores las posibilidades de acceso a otros sistemas y medios de comunicación (posibilidades que aporta, actualmente, la tiflotecnología) y que requieren del conocimiento del sistema braille.
Una vez realizada la elección de un código determinado, se deberá llevar a cabo un seguimiento del alumno para revisar la decisión tomada y estudiar la posibilidad de modificarla, si la evolución y el rendimiento así lo aconsejan. Con alguno de los alumnos puede ser conveniente considerar la oportunidad de enseñar los dos sistemas, ya que el código alternativo podrá servirle, en el futuro, como sistema de apoyo complementario.
En caso de duda, se aconseja iniciar al alumno en el código braille, ya que resulta más sencillo pasar de la lectoescritura en braille a la visual que a la inversa. En cualquier caso, el aprendizaje de ambos códigos en estas primeras edades no es difícil y nos da la garantía de no equivocarnos.
Asimismo, se debe informar a la familia de la decisión tomada. Es necesario tener en cuenta la importancia que tiene el hacer partícipes del aprendizaje del sistema braille al resto de agentes de la comunidad educativa. Es un elemento muy motivador para el alumno con discapacidad visual que su familia, su profesor o, incluso, sus mismos compañeros conozcan el código.
A veces, la familia puede tener ciertas reticencias al aprendizaje del sistema braille por parte de su hijo, sobre todo, cuando tiene resto visual. Es necesario trabajar, por tanto, con las familias para que acepten la discapacidad visual de su hijo y lo que conlleva.
Practica: Si tienes un alumno con resto visual, ¿qué sistema de lectoescritura crees conveniente enseñarle?
- a) El código de lectoescritura en tinta, ya que el aprendizaje del sistema braille está sólo recomendado cuando la persona con discapacidad visual no tiene ningún resto visual.
- b) La elección del código dependerá de varios factores, siendo el más importante el diagnóstico y pronóstico de su patología visual.
- c) El sistema braille.
- d) El sistema braille y el código en tinta.
Respuesta
La opción correcta es la b. Hay muchas variables que se deben estudiar ante la elección del código de lectoescritura de un alumno. No obstante, una de las más importantes a la hora de tomar una decisión así tiene que ver con la patología visual del alumno y cómo va a evolucionar en el tiempo.