Educación Inclusiva

Módulo 7: Estimulación visual

Introducción

La mayoría de las personas que presentan una discapacidad visual tienen algún resto visual aprovechable (aproximadamente, un 80%)

Los aspectos oftalmológicos, la patología visual, la agudeza o el campo visual no son suficientes para definir la funcionalidad visual de una persona, de cómo o cuánto resto visual tiene un alumno o alumna, cómo lo utiliza y en qué situaciones.

El aprovechamiento del resto visual depende de muchos factores, entre ellos, de la capacidad del la persona de interpretar lo que ve. Por eso, existe gran heterogeneidad entre las personas con resto visual, ya que se producen grandes diferencias individuales, en función de la patología, la edad de aparición, la funcionalidad visual, la motivación, la experiencia previa, la aptitud intelectual, etc. Dos personas con la misma patología pueden tener una visión funcional totalmente distinta. Incluso una misma persona puede tener un rendimiento visual distinto dependiendo de factores internos (estado de ánimo o de salud) o externos (claridad, iluminación, etc.)

La pérdida visual provoca algunas consecuencias negativas en distintos aspectos de la calidad de vida de una persona: la salud física y psíquica, su autonomía personal, su trabajo o sus estudios, las relaciones sociales y familiares, el empleo del tiempo libre y, como consecuencia de todo lo anterior, las expectativas de futuro.